miércoles, 12 de septiembre de 2012

Tiempo Fuera




Tiempo fuera / tiempo a solas.

¿Cuántas veces  nos sentimos cansados, agobiados, sobrepasados?
Muchas, seguramente.
 ¿Cuántas de esas veces nos tomamos un ratito para recuperarnos?
Pocas o menos de las necesarias.

PARAR implica la aceptación de que no puedo seguir…  La sola idea de parar se enreda con una madeja de creencias, algunas conscientes y otras no, acerca de nuestro poder, control, lugar, necesidad, valor, etc.
Salirnos de camino nos invita a preguntarnos  acerca de los esfuerzos innecesarios que hacemos en la vida cotidiana, y fundamentalmente acerca de los límites.  De eso se trata, de aceptar que tenemos límites.
Pues, ¿que significa parar? En la respuesta a esta pregunta radica el desafio de encontrarnos a nosotros mismos, rescatarnos de la ola que nos pasa por encima. Para algunos es el deporte, para otros la cocina, la música; para TODOS, siempre a la mano, es la quietud y el silencio. Un ratito a cualquier hora, en cualquier lugar. Un minuto, cinco, los que podamos vale. El tiempito necesario para recuperar energía, perspectiva, para volver a nuestro equilibrio, redefinir prioridades, para discriminar lo urgente de lo importante, para reflexionar sobre el sentido de lo que hacemos.  Lo crean o no, en cinco minutos  podemos recuperar muchas cosas, la primera es la calma.  La soledad deliberada termina siendo la capacidad de desconectarnos de todas las distracciones, de la planificación constante.  Primero el silencio, la interrupción del auto-diálogo, la conexión con las sensaciones de nuestro cuerpo. Después nos escuchamos por un ratito, nos transformamos en nuestro propio oráculo y confiamos en nuestra sabiduría para escuchar las respuestas y actuar en consecuencia. 

jueves, 7 de junio de 2012


Una  relación que te cambia la vida 

Alguien que ve en nosotros algo que no vemos, que está latente y que necesita desplegarse.
En su libro “Everyday blessings”, Jon Kabat-Zinn define el concepto de soberanía como “ser quien realmente uno es y convertirse en quien uno pueda ser”. Muchas veces el camino para “encontrarnos” puede ser largo y difícil. Existen personas que nos acompañan mucho tiempo o incluso una sola vez, que respetan nuestra soberanía y nos ayudan a desarrollar nuestra idiosincrasia y nos transforman la vida. Hablamos de los “mentores”, personas que gracias a su buena tutela elevan nuestra autoestima y motivación.
Según Sir Ken Robinson (en su libro “El Elemento”) los mentores desempeñan uno, alguno o todos de estos 4 papeles:
1-      Reconocimiento de algún talento, capacidad, interés, pasión, etc.
2-      Estimulación, capacidad de hacerle creer al otro que puede conseguir algo que antes parecía imposible o poco probable.  Implica estar cerca para recordarnos las capacidades que tenemos y lo que podemos conseguir si trabajamos en eso.
3-      Facilitación: ayudar a otro a desarrollarse en su “elemento”. Ofreciendo consejo, técnica, información, contactos, oportunidades, etc. Concretamente allanando el camino
4-      Exigencia. Empujar al otro más allá de sus propios límites. Sólo para descubrir que hay más...
Si no reconocemos nuestra naturaleza, nuestro elemento, y vivimos apartados de ella o él generamos sufrimiento en nuestras vidas y en la de los que nos rodean. Lo entendemos como una búsqueda conciente de entrar en sintonía con nuestro propio ser.  Si bien no es una búsqueda externa de poder, ser soberanos de nuestra vida nos hace sentir realmente poderosos. La sensación de estar donde tenemos que estar más allá de las circunstancias. 
Como adultos es nuestra responsabilidad generar una sociedad saludable. Esta vez, la propuesta es desde nuestros múltiples roles reconocer las capacidades, atributos y talentos de quienes nos rodean, especialmente cuando se trata de niños y jóvenes, para así honrarlos haciéndoles lugar para que sean quienes quieran o puedan ser en su mejor versión. Descubriéndolos, tratando (decimos tratando porque sabemos que es muy difícil) no cambiarlos. Recordando y confiando en que el cambio es parte de la vida y dejando que lo hagan según su conciencia y necesidad.  Reverenciando sus almas, reconociendo su individualidad, respetando su soberanía. Mostrándoles un mundo que los acepta por quiénes son, legándoles confianza, seguridad y fortaleza interna.
Como todos encontramos dificultades, límites y obstáculos cuando buscamos lo que queremos hacer, es muy gratificante encontrarse en la vida con alguien más experimentado o no, que nos ayude a identificar nuestras pasiones, que aliente nuestros intereses, que allane nuestro camino y nos dé un empujón para que saquemos lo mejor de nosotros mismos. 
Prestemos  atención a nuestra verdad y aprendamos a vivirla para no llevar una existencia dormidos sin saber quiénes somos.
Empatía y aceptación son dos palabras clave. Miremos otra vez, animémonos a desarrollarnos y a ayudar a otros a seguir su verdadera voz.




miércoles, 14 de marzo de 2012

MENOS DESCARTES Y MÁS TAO

En esta edición y para este año nos proponemos “no forzar”; como un criterio para vivir mejor sin “esforzarnos” tanto, tratando de acompañar el fluir natural de la vida. Qué desafío para dos controladoras en rehabilitación!

¿Cómo nos damos cuenta que forzamos? Cuando estamos demasiado cansados por una situación, cuando nos sentimos frustrados o desilusionados, generalmente es porque no aceptamos “lo que es” y esperamos (las expectativas que tan malas jugadas nos hacen!) que “sea” otra cosa, lo que nosotros queremos o deseamos. Pero esto es algo que muchas veces cuesta registrar, sobre todo porque se mezcla el “deber ser” y el peso de nuestra cultura occidental que nos indica que con esfuerzo y tesón todo puede modificarse, ofreciéndonos una falsa ilusión de control.

Durante los siglos VI y IV A.C., Lao Tse nos legó el Tao Te Ching, texto fundamental de la filosofía china llamada Taoismo. Este libro propone la vuelta a la naturaleza, a la paz, considerando el caos que genera el exceso de razón, de pensamiento. Nada de fines ni de medios; nada de movimientos, sino quietud, crecimiento interior a partir de un sentido más profundo de la vida, de la conexión con el sentir y no tanto con el pensar.

Esta filosofía nos invita a confiar en las respuestas naturales, a abrirnos, a ser receptivos y conscientes de nuestras emociones. Lao Tse introdujo las ideas de no-ser, la no-acción y la no-violencia. El no-ser fue y sigue siendo un concepto revolucionario, especialmente para nuestra cultura occidental, donde el ser está vinculado al pensamiento (“Pienso luego existo”, decía Descartes) que sobrevalora el sacrificio y los resultados. Tendemos a confundir que con el esfuerzo (“persevera y triunfarás) y la voluntad (“querer es poder”) podemos conseguirlo todo.

Sin embargo, uno puede esforzarse en conseguir algo, pero no puede hacerlo para “ser” algo que no es. Cuántas veces le dijimos a nuestros hijos “no tengas miedo” o “no llores por esto” como si las emociones fueran algo que pueda ser controlado por la voluntad, las acciones sí, pero las emociones no.

Entonces... si bien a primera vista hay una dicotomía entre el “persevera y triunfarás” de occidente y el “no ser” o el fluir de oriente, se trata de una falsa contradicción porque mientras que el primero habla sobre la acción el segundo se refiere al sentir.

Esforzarnos en lo que hacemos puede llevar a que con el tiempo naturalmente cambiemos lo que somos y sentimos. Pero no podemos forzar la transformación de quiénes somos. La verdadera transformación es conocernos, saber qué sentimos, qué nos gusta y nos disgusta de nosotros mismos y aceptarnos de todas formas. Haciendo siempre este ejercicio en primera persona, hablando de "mis" miedos, "mis" deseos, "mis" expectativas y aceptando que son sólo nuestros. Léase: respetando la soberanía de los otros a ser como son, algo tan difícil de ejercitar con nuestros hijos.

Entonces, forzar …¿cuándo es suficiente?. Una tentativa de respuesta que queremos explorar es cuando estemos forzando situaciones, sentimientos, creencias para que ocurra tal o cual cosa según nuestro divino criterio. Para registrar cuándo forzamos hay que estar atentos a nuestro “sentir” y darnos cuenta del esfuerzo, del cansancio, de la angustia.

Podemos probar así orientarnos hacia lo simple, no forzado, hacia una influencia gentil en contraposición a la lucha. Esta propuesta para nada implica sustraerse del compromiso con la vida sino más bien una vía para alcanzar una existencia más armoniosa en comunión activa y conciente con LA FORMA EN QUE SON LAS COSAS. Ceder para acompañar más que para vencer, eliminar o corregir.

Estar atentos a la necesidad de vacilar un instante antes de rotular nuestra experiencia tan rápido. Evitar imponer UN significado a las cosas y así perdernos la oportunidad de aprender.
Si podemos permanecer allí, sin palabras, hasta que la experiencia misma haga nacer las palabras. Amigarnos con la inquietud, la ambivalencia y la incertidumbre.

Renunciar al control, el deseo de estar en lo correcto debe ceder paso a la aceptación, inclusión y confianza. Comprendemos mejor la naturaleza de las cosas si somos receptivos e ingenuos. El mejor ejemplo de este principio es la naturaleza, recordemos que por más mente que tengamos somos parte de ella.

Juntas

Somos mujeres que queremos salir de la queja, que queremos intentar mirar los conflictos desde un lugar compasivo y no agresivo, mamás que queremos ver la cara de nuestros hijos en la de todos los chicos involucrados en un problema.En este blog proponemos no quedarnos con la primera impresión de las cosas, proponemos “tener la voluntad de volver a mirar”; porque solo así podemos reflexionar, no aferrarnos a una narración individual y pensar en la responsabilidad que nos toca en cada situación.Aceptamos el conflicto como parte de la vida, sin exigirle al colegio una “puesta en escena de mundo ideal” sino un espacio real de socialización. Queremos darle a los chicos y a nosotras mismas alternativas distintas a la de ser víctima o victimario.Queremos construir, porque sólo así podemos empezar a materializar nuestro deseo de un mundo mejor. Porque somos mujeres que nos damos cuenta de la necesidad de un impulso cuya meta u origen residen aún más allá de nosotrasPorque somos mujeres que creemos que debemos ser parte de una iniciativa global por la paz. Porque creemos que de las madres depende que de este mundo se erradique de una vez y para siempre la violencia como método.

Trabajando por la paz

En esta sección recibimos propuestas e ideas de actividades para encarar juntas y en familia que nos ayuden a reflexionar sobre la paz y la no violencia.

Actividades artísticas, deportivas, debates e intercambios. Intentamos que un espacio de nuestro tiempo recreativo en familia lo volquemos en "trabajar por la paz".

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