Debido a que pensamos todo el tiempo, ya que la naturaleza de la mente es inquieta, llegamos a creer que nosotros somos nuestros pensamientos. Formamos opiniones rápidamente y nos aferramos a ellas como si fueran verdades, cuando sólo son pensamientos y su contenido son creaciones nuestras.
Ignorar que nuestras opiniones son sólo eso nos ocasiona un sinfín de problemas en todas las áreas de nuestras vidas. Basta aquietarnos y silenciarnos (no solo nuestra voz sino también nuestros pensamientos) para entrar en una nueva dimensión, conectarnos con nosotros mismos, qué nos está pasando, desde qué lugar pensamos lo que pensamos, qué sentimos cuando pensamos eso. Cuando logramos silenciar nuetsra mente: vivenciamos nuestro ser, nuestra experiencia (sensorial) actual, el aquí y ahora, más allá de lo que pensamos. Optamos por ser testigos. Empezando por ser amorosos con nosotros mismos y darnos el permiso de aceptar lo que sea que sintamos. Teniendo una actitud curiosa, experimental sin saber lo que podríamos descubrir, pero dando la bienvenida y apreciando lo que aparezca. Si bien el silencio puede ser entendido como pasividad, se trata de todo lo contrario, es poner todo tu esfuerzo en ser nosotros mismos y aceptarnos tal cual somos. El “deseo de estar en lo correcto” da paso a la aceptación y la receptividad hacia “aquello que es”.
Queremos llevar nuestra atención a reconocer que nuestros pensamientos se componen de prejuicios, evaluaciones, ideas y opiniones. Que además son complejos, impredecibles, muchas veces inconsistentes y contradictorios además de imprecisos. Todas las opiniones y las creencias son válidas, pero es importante no apegarnos tanto a ellas de modo tal que nos impidan ver otros aspectos de la realidad. Una visión es una elección y como tal recordemos que dejamos fuera todo lo que no elegimos, todo lo que no vemos, no escuchamos. Ejercitemos la perspectiva, miremos al pasado y recordemos cuáles eran nuestras opiniones acerca de determinados temas y cómo fueron cambiando con el tiempo.(¿Eran verdades o eran opiniones?)
Vale la pena traer algo de generosidad a nuestro arraigado hábito de mirar las cosas en categorías excluyentes. (bueno o malo). La naturaleza de nuestra mente es juzgar, pero cultivar el discernimiento y la empatía (ponerse en el lugar del otro) hace que nuestras apreciaciones sean menos sesgadas, parciales, mezquinas e inconcientes.
La empatía no se limita a las emociones solamente. Todos podemos empatizar con un niño que sufre. Más difícil es empatizar cuando alguien se enfurece, tira cosas o grita. También es difícil empatizar con alguien cuyos pensamientos o intereses entran en conflictos con los nuestros. Nuestra habilidad para empatizar más ampliamente requiere de un trabajo a conciencia, del ejercicio.
Recordemos que como seres vivos somos únicos, irrepetibles, sistemas abiertos en permanente cambio. Miremos otra vez y cada tanto paremos, respiremos, y ampliemos nuestro horizonte. Al final, sólo se trata de ser nosotros mismos.
La voluntad de volver a mirar. El respeto es estar dispuesto a no aferrarnos a una vision particular
domingo, 12 de junio de 2011
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Juntas
Somos mujeres que queremos salir de la queja, que queremos intentar mirar los conflictos desde un lugar compasivo y no agresivo, mamás que queremos ver la cara de nuestros hijos en la de todos los chicos involucrados en un problema.En este blog proponemos no quedarnos con la primera impresión de las cosas, proponemos “tener la voluntad de volver a mirar”; porque solo así podemos reflexionar, no aferrarnos a una narración individual y pensar en la responsabilidad que nos toca en cada situación.Aceptamos el conflicto como parte de la vida, sin exigirle al colegio una “puesta en escena de mundo ideal” sino un espacio real de socialización. Queremos darle a los chicos y a nosotras mismas alternativas distintas a la de ser víctima o victimario.Queremos construir, porque sólo así podemos empezar a materializar nuestro deseo de un mundo mejor. Porque somos mujeres que nos damos cuenta de la necesidad de un impulso cuya meta u origen residen aún más allá de nosotrasPorque somos mujeres que creemos que debemos ser parte de una iniciativa global por la paz. Porque creemos que de las madres depende que de este mundo se erradique de una vez y para siempre la violencia como método.
Trabajando por la paz
En esta sección recibimos propuestas e ideas de actividades para encarar juntas y en familia que nos ayuden a reflexionar sobre la paz y la no violencia.
Actividades artísticas, deportivas, debates e intercambios. Intentamos que un espacio de nuestro tiempo recreativo en familia lo volquemos en "trabajar por la paz".
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