lunes, 20 de diciembre de 2010

Balance, Cierre y Compromisos para el 2011

Época de cierre…si bien la reflexión y balance pueden ser difíciles de encarar con el cansancio de fin de año es un ejercicio que nos ofrece una perspectiva real para valorar los logros, agradecer las cosas buenas y dejar ir las que no lo fueron. Mirar otra vez implica repasar, agradecer todo lo que pude y perdonarme por lo que no pude, con la certeza de la intención de mejorar aunque a veces los resultados digan lo contrario. Ejercitando la paciencia para entender que la vida tiene su curso, su ritmo y sus ciclos. Con conciencia, compromiso y voluntad, compartimos con ustedes nuestra “oración de compromisos para el 2011”.

Me comprometo a sentir un lazo con cada persona que se cruce en mi camino.
Me comprometo a respetar mi integridad y mi honor.
Me comprometo a vivir en el amor y en la compasión.
Me comprometo a retornar a esos dos sentimientos cuando no los sienta.
Me comprometo a elegir sabiamente con mi voluntad.
Me comprometo a mantener percepciones libres de juicio.
Me comprometo a soltar la necesidad de saber por qué las cosas ocurren de determinada manera.
Me comprometo a no proyectar expectativas de cómo quiero que sean los demás.
Finalmente, me comprometo a confiar en el proceso de la vida.
Con este compromiso bendigo mi vida con amor y gratitud.

jueves, 21 de octubre de 2010

SEAMOS INTELIGENTES, HABLEMOS DE LAS EMOCIONES

La inteligencia emocional es la capacidad para reconocer sentimientos
propios y ajenos, y la habilidad para manejarlos. El término fue popularizado
por Daniel Goleman, autor del libro: Emotional Intelligence, publicado en 1995.
Según Goleman la inteligencia emocional puede organizarse en cinco capacidades:
conocer las emociones y sentimientos propios, manejarlos, reconocerlos, crear la
propia motivación, y gestionar las relaciones
.

Observarnos a nosotros mismos nos permite tener conciencia de lo que pasa en nuestro interior, conocernos. Observarse es registrar las emociones, ponerles nombre, identificar nuestros pensamientos y las sensaciones físicas.
A través del registro nos vamos comprendiendo y este conocimiento nos da mayor libertad. Nos da la posibilidad de ir serenándonos y no reaccionar frente a las emociones, de liberarnos de ellas.
Educarnos en este sentido ya se habrán dado cuenta que es un trabajo cotidiano y que dura toda la vida!. Sólo la firme intención de practicar cambiar los hábitos es un paso hacia adelante. Sepamos que vamos a fallar, pero no desistamos de practicar.

LLAMEMOS LAS COSAS POR SU NOMBRE
No tener palabras para los sentimientos significa no apropiarse de ellos. De ahí deviene la importancia de ponerle nombre a las emociones y de distinguir las diferentes manifestaciones físicas. “¿Qué es mi nudo en la garganta?”; “Y ¿mi dolor de panza?”, “¿mi agujero en la boca del estómago?”: ¿Miedo, angustia, ansiedad, enojo, impotencia, hambre, aburrimiento, cansancio...?. El objetivo es el equilibrio (jaja! sigamos intentando) no la supresión emocional ya que cada sentimiento tiene su valor y su razón de ser.

LOS TRES PRIMEROS DEL RANKING
• LA IRA es el estado de ánimo que peor dominamos ya que a diferencia de la tristeza nos proporciona energía y nos impulsa a la acción. Para enfriarnos fisiológicamente es necesario dejar de estar en un marco en que siga habiendo disparadores que alimenten el enojo. “Tiempo fuera¨ para calmarnos y entrar en un estado de reflexión, respirar profundamente para relajar los músculos y oxigenar el cerebro o caminar para descargar la tensión y distraer la mente. Contrariamente a la creencia popular de que “la catarsis nos hace sentir mejor”, está comprobado que hace poco para disiparla, sólo nos ubica en un lugar de importancia personal “tener la razón” incluso para justificar seguir enojados.

• Hablemos de la ANSIEDAD, doble trabajo: desafiar los pensamientos inquietantes sobre el futuro o el pasado (aunque ninguno exista) y reducir el estrés físico: aceleración del ritmo cardíaco, sudoración, temblores, etc.
La ansiedad nos sirve para anticiparnos frente a una prueba de cualquier tipo, para motivarnos, para prepararnos bien y así conseguir un buen desempeño, pero cuánto nos cobra a cambio si dejamos que avance!.

• TRISTEZA, no tan rápido, antes de tratar de librarnos de ella aprendamos. Las pérdidas reales o simbólicas tienen efectos invariables: reducen nuestro interés por la diversión y el placer, fija la atención en lo que se ha perdido, socava nuestra energía para comenzar una nueva empresa al menos por un tiempo. Este estado sirve para llorar la pérdida, reflexionar sobre su significado y finalmente hacer los ajustes necesarios para continuar con nuestra vida.

El punto óptimo de la IE se llama flujo (Flow). Es un estado en el que estamos absorbidos por el momento presente, estamos siendo en lugar de haciendo. Es preparar las emociones al servicio del desempeño y el aprendizaje. Es una experiencia que casi todos tenemos de vez en cuando. Es la desvinculación total del resultado ya que quedamos inmersos en el puro placer del acto que estamos realizando. En este estado las tareas más desafiantes se realizan con un gasto mínimo de energía mental. Sentir deseos de hacer lo que se hace por sobre todas las cosas. Se aprende de forma óptima cuando tenemos algo que nos interesa y obtenemos placer ocupándonos de ello. Se espera que cuando alcanzamos el estado de flujo gracias al aprendizaje de cualquier área nos sentimos estimulados a aceptar desafíos en otras áreas. Es necesario forzar los límites de la propia capacidad para sustentar este estado.

Bueno, todo muy lindo hasta acá. ¿Qué podemos hacer?
• Entrenar: buscar todas las formas posibles de conectarnos con nuestras sensaciones, con lo que sentimos, identificar nuestras emociones.
• Serenarnos. Cada cual buscará (y con suerte encontrará) su método: yoga, meditación, aikido, bailar, correr, té de tilo....
• Practicar la atención no defensiva, escucha abierta, es decir hacer el enorme esfuerzo de escuchar sin hablarnos a nosotros mismos ni prejuzgar mientras escuchamos. Vislumbrar los sentimientos que hay detrás de lo que se dice. En la comunicación abierta no hay intimidación, ni amenazas, mucho menos insultos. No hay lugar para excusas, ni para la negación de la responsabilidad ni para las críticas.
• Pequeños grandes cambios:
• Ser específico tanto en la crítica como en el
elogio.
• Ofrecer una solución para resolver un problema.
• Estar
presente.
• Ser compasivos.
• Tener a quién recurrir, con quién hablar,
alguien que nos ofrezca ayuda, consejos, soluciones, consuelo. La calidad de
nuestros vínculos va a ser fundamental para aliviar el estrés.

Miremos otra vez, esta vez para adentro

viernes, 20 de agosto de 2010

EXCUSAS y EXPECTATIVAS

¡Cuánta culpa me da esto! (pero no dejo de hacerlo) ¡Estoy harta de cargar con lo otro! (pero no delego): las quejas y manifestaciones de culpa ¿no serán excusas para no hacernos cargo y empezar a revertir aquellos comportamientos que nos hacen mal? O será que queremos ajustar nuestra realidad a nuestros ideales y no bajar las expectativas?

¡Hacerse cargo! Frase usada como pocas. ¿Sabemos lo que decimos o lo que nos quieren decir con “hacete cargo”?. Miremos otra vez, y busquemos un sentido…

En su libro “Viva la diferencia” la psicóloga chilena Pilar Sordo habla sobre “la poca franqueza de la psicología femenina”: como hablamos siempre de otros y sus responsabilidad en nuestra infelicidad y no de nosotras mismas y nuestra responsabilidad; lo quejosas que somos: la capacidad de centrarnos en lo que nos falta y no en lo que tenemos; y la necesidad que tenemos de que “el otro” nos haga felices: “nos cuesta mucho asumir que somos seres solos y que los otros no tienen la responsabilidad de hacernos felices y completar lo que nosotros hemos sido incapaces de hacer por nosotros mismos”, afirma Sordo.

Entonces, cuando nos quejamos, ¿qué estamos diciendo? ¿No querremos victimizarnos a los ojos de los demás: los “responsables” de nuestra felicidad?. Usamos la queja para desahogarnos, pero nos resistimos a cambiar. Hacerse cargo de las verdaderas causas del malestar (la obsesión por el control, el sentimiento de soledad, el miedo, la ansiedad) es el primer paso para revertir la queja y convertirla en un pedido de ayuda, en decir “necesito esto” o “espero esto de vos” y sobre todo entender que la respuesta puede ser SI o NO.

Hacerse cargo es reconocernos, admitir nuestras limitaciones y nuestros talentos. La parte de las limitaciones no es una tarea sencilla, sobre todo si sólo las vemos en los demás! Un criterio podría ser identificar ¿qué aspecto nuestro en determinadas circunstancias genera conflicto o no aporta bienestar?. Para esto es muy necesario desistir de “tener la razón”. ¿Cuán “defectuosos” nos permitimos ser? Cada defecto registrado nos impone una ardua tarea de mejora y cada talento reconocido nos trae una responsabilidad y un compromiso de compartirlo.

Me animo, y repaso mi lista de limitaciones y talentos. Me alegro y me enorgullezco de lo bueno y me acepto humano e imperfecto y trato de mejorar lo malo. No reacciono ante las situaciones, ante el malestar, me detengo, registro mis sensaciones, respiro hondo, amplio mi conciencia y analizo qué pensamientos están guiando mi comportamiento ahora: expectativas sobre el otro, miedo, ansiedad, enojo, etc.

Hay que ser pacientes y tolerantes con nosotros mismos porque nos da más miedo el cambio, lo nuevo: “Así, la paso mal, pero sé cómo manejarme en este agua”. Tenemos la capacidad de optar, dudar, elegir de acuerdo con nuestra propia responsabilidad y nuestro ejercicio de la voluntad. No estamos totalmente condicionados y determinados, podemos entregarnos a las situaciones o hacerles frente. Todos tenemos la posibilidad de cambiar a cada instante. Es sólo una decisión a tomar: o trabajamos para liberarnos o para aceptar nuestras limitaciones. Mirar otra vez y decidir cuál es el costo mayor.

Recomendamos ver la conferencia de Pilar Sordo en el siguiente link:
http://www.rafapal.com/?p=5173

martes, 6 de julio de 2010

El Perdón

El perdón es un proceso que emana de nuestra libertad de elegir qué hacer con lo que sentimos, en este caso enojo, dolor y desilusión. El verdadero perdón tiene un carácter activo y de sacrificio, ya que se alcanza en la búsqueda y la práctica y no con una simple idea o acto. El residuo jamás se puede borrar por completo y hay que limpiarlo periódicamente y transformarlo.

Es también el proceso de recuperar nuestra energía, aquella que le otorgamos a la persona, el hecho o el vínculo que nos haya lastimado. Remembrarnos, ocuparnos de recuperar aquellos aspectos perdidos (la autoestima, la ilusión, la alegría, la esperanza, la compasión, la comprensión, la creatividad) en el dolor o la rabia para re-utilizarlos en situaciones más gratificantes. Se trata de un doble proceso de recordar y dejar ir al mismo tiempo.

En cualquier acto de auténtico perdón uno ha de pasar necesariamente por una experiencia de especial agonía que puede durar mucho o poco pero que es inevitable y es una experiencia de impotencia interior ligada al repudio del deseo de venganza, de escarmiento y la resignación de la recompensa objetiva merecida por el daño sufrido.

Tratemos entonces de ser compasivos con nosotros mismos, perdonarnos y perdonar. Miremos otra vez y atrevámonos a transitar este difícil camino ya que como humanos que somos más de una vez tendremos que perdonar y ser perdonados.




»Perdonar no significa olvidar. Si usted olvidase todo no sabría qué perdona. Para perdonar es necesario asumir los abismos que hay en el ser humano«.
Elisabeth Lukas, La felicidad en la familia
Misterios del perdón
Carta al señor Sinay:
Publicado en la Revista La Nación - 5 de julio de 2009
"El perdón calma el dolor y nos hace felices". Esto lo dijo Khim Phuc, la nena vietnamita que fue símbolo del horror de la guerra, esa niña cuya foto recorrió el mundo entero. Su reciente visita y testimonio nos tiene que marcar en el corazón algo distinto, un antes y un después. Si ella, víctima de algo tan atroz, pudo decirle al jefe del ejército que dio la orden de ejecutar el ataque que lo perdonaba, pudo abrazarlo, y tener con él hoy una relación de mutuo afecto, ¿por qué no podemos nosotros, frente a temas mucho menores, lograr perdonar o que nos perdonen. Ella tuvo un encuentro personal con Jesús, como lo manifiesta en cada entrevista y en su testimonio del Luna Park, tan impresionante. Un testimonio que unió ese día y los anteriores a cristianos evangélicos y católicos que reunidos oraron, cantaron y escucharon hablar sobre el perdón. ¿Es posible lograrlo? Esto nos muestra claramente que sí. Norma Kent

A continuación se reproducen fragmentos del artículo de Sergio Sinay. Para leer la nota completa ingresa a: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1145757

(…) Es relativamente fácil pedir perdón, aunque el orgullo de muchas personas se convierte en escollo insalvable para que ellas lo hagan. Lo difícil es acompañar ese pedido con acciones reparadoras.

(…) Perdonar es, etimológicamente, dar algo de manera gratuita. ¿Qué damos al perdonar? ¿Absolución? ¿Olvido? ¿Condonación? En estos tres casos la acción que provocó la herida (física, moral, psíquica o emocional) queda borrada, como sino se hubiese producido. Desaparecen peligrosamente la responsabilidad y la memoria. La gran escritora y terapeuta austriaca Elisabeth Lukas dice en La felicidad en la familia , algo tan fuerte como bello: »Perdonar no significa olvidar. Si usted olvidase todo no sabría qué perdona. Para perdonar es necesario asumir los abismos que hay en el ser humano«. Y hay abismos en cada alma humana. A menudo la decisión de no perdonar nos deja fijados a la sombra del otro y sin posibilidad de asomarnos a la nuestra para comprenderla y conocernos. Para perdonar es necesario desprenderse de la sensación de poder que nos da la culpa que el otro siente ante nosotros. Y ese desprendimiento requiere enorme humildad. ¿Qué pasa si quien nos hirió u ofendió no siente culpa? Nuestra negativa a perdonar, en este caso, le da a esa persona un gran poder sobre nosotros. Como dice Lukas, perdonar supone luchar con uno mismo antes que con el »enemigo«. Quien no perdona se amolda al otro. Quien perdona al que no se arrepiente, le da una lección moral. (…)

miércoles, 2 de junio de 2010

Gratitud

Gracias es una de las palabras más importantes que le podemos decir a alguien.
Gracias engloba un enorme significado en una sola palabra.
Significa decirle al otro: “te veo”, “registro lo que hiciste por mí”, “fuiste amable conmigo y sé que hacer algo por otro implica un esfuerzo”.
Me hace sentir especial que hayas decidido hacer ese esfuerzo por mí.
Agradezco eso. Dejas una huella en mí.

Un estudio hecho por Martin Seligman (Psicología Positiva) revela que las personas agradecidas son más felices. Si observamos a las personas que saben ser felices encontraremos que el punto clave consiste en que son agradecidos por lo que tienen y que no está relacionado con la riqueza material. También comprobó que personas con el estado de ánimo deprimido, que identificaron y escribieron diariamente tres cosas por las que daban gracias, al cabo de 15 días obtenían mejoras significativas.

Por lo tanto, cultivar la gratitud es una poderosa manera de afrontar la adversidad. Sólo al elegir focalizar en las bendiciones que nos da la vida, en lugar de las faltas, los déficits, etc, estamos reforzando sentimientos positivos hacia nosotros, nuestra vida y hacia los demás. Expresar la gratitud es una experiencia con sorprendentes y grandes beneficios tanto para el que recibe como el que expresa.

A veces es difícil agradecer porque estamos sintiéndonos muy enojados, tristes o preocupados. Esos sentimientos son nuestro problema a resolver. Mientras tanto podemos probar con decir gracias, que es una primera forma de registrar a los demás y de entrenarnos en ser amables. La gratitud, dice Seligman, se mejora con la práctica.

La gratitud es un sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer y a corresponder a él de alguna manera. Previo a este sentimiento necesito abrirme a recibir lo que otro o la vida tienen para darme. Abrirme para que otro pueda desplegar sus ganas de dar y sentirse feliz por eso. Si yo sólo puedo dar y me cuesta recibir, tengo que atender asuntos relacionados con el control y el poder. Miremos otra vez, dentro de nosotros y registremos si nuestro orgullo, la creencia que todo me lo merezco o la sensación de quedar en deuda con otro nos impiden ser agradecidos.

viernes, 9 de abril de 2010

La importancia del pensamiento positivo

Hola a todos! Tras vacaciones, comienzo de clases, con todas las crisis, reajustes y nerviosismo que eso supone, resurgen nuestras ganas y necesidad de hacer algo por el cambio.

En la primera edición 2010 de Mirar Otra Vez elegimos el Pensamiento Positivo como una buena herramienta para aplicar en nuestra construcción de un mundo mejor.

Como dijo Hermann Hesse “Para que pueda surgir lo posible es preciso intentar una y otra vez lo imposible”. Aunque parezca imposible, todo lo que hacemos importa y si desde nuestro pequeño lugar en el mundo intentamos tener un pensamiento más optimista, más amoroso y que trascienda las diferencias seguramente estaremos mejor encaminados.

Los invitamos a visitar nuestra nueva edición!

Saludos,

Florencia y Patricia

La Importancia del Pensamiento Positivo

Lo más importante que podemos estar haciendo en este momento es pensar cosas lindas.“Sólo pensar cosas lindas”. Parece demasiado simplista ¿no? Seguramente hay en la vida otras cosas más importantes a tener en cuenta. Pero el poder que tienen los pensamientos positivos, sobre nuestro lenguaje y nuestra forma de actuar, es asombroso. Simplemente debemos tomar la decisión de hacerlo, de impactar y transformar nuestras vidas y las de los que nos rodean pensando…lo mejor.
Si bien los pensamientos pueden parecer sutiles, son el motor de nuestro comportamiento: hacemos, sentimos y decimos lo que pensamos. Sin ir más lejos, nuevas disciplinas de la medicina y la psicología se focalizan en como nuestros pensamientos afectan e influyen nuestras circunstancias más inmediatas, incluso las fisiológicas o como el pensamiento negativo afecta cómo transitamos una enfermedad.
La propuesta es alivianar la gravedad de nuestras vidas empezando a pensar diferente.
Sin embargo tener pensamientos positivos es un punto de partida difícil para la mayoría de nosotros. Casi todo el tiempo nos encontramos silenciosamente o en voz alta juzgando a cada hombre, mujer o niño en nuestra presencia. Hacer el esfuerzo de dejar de juzgar, o detener un juicio ya en marcha, nos revela cuán tomado está nuestro pensamiento por nuestro lado más crítico y mezquino. Rara vez cultivamos una mente silenciosa y pacífica. Aparentemente fuera de control, nuestras mentes corren de un pensamiento, un juicio, o una opinión negativa a otra de igual daño para nosotros mismos y los demás. No podemos echarle a otros la culpa de tener un mundo violento y cruel. Tuvimos y tenemos una parte de responsabilidad en lo que nos ocurre. Cada vez que favorecemos un pensamiento desagradable por sobre uno más amoroso, estamos colaborando con el caos a nuestro alrededor.
La buena noticia es que podemos elegir entre las dos opciones desde la voluntad, haciendo el esfuerzo. El optimismo, se aprende. Miremos otra vez, perdonémonos por ser tan dañinos y miserables a veces y empecemos de vuelta cada vez que nos demos cuenta.
Hoy me propongo sumar algo bueno al mundo con mis pensamientos. Trataré de elegirlos cuidadosamenta a favor mío y de los demás. Trataré de buscar algo bueno en cada persona que conozca y recordarlo cada vez que la vea antes de permitir que los juicios de valor invadan mi cabeza.
Artículo recomendado:

EL PODER DEL PENSAMIENTO EN POSITIVO
Domingo 16 de setiembre de 2007

¿El vaso medio lleno o medio vacío? La mente es demasiado poderosa como para minimizar el efecto de nuestras ideas e intenciones sobre la realidad. De cómo y por qué aquello que pensamos determina en gran parte lo que nos sucede.

Atrévase: el artículo que usted comienza a leer sólo trae buenas noticias. En línea paralela con los escépticos, los trágicos, los eternos derrotados y aun los nihilistas, aunque sin malgastar energías en el enfrentamiento, hay mucha gente en el mundo convencida de que todos podemos pensar en positivo y que esto nos conducirá, inevitablemente, a una mejor calidad de vida.

"El optimismo es aprendido” asegura Andrés López Pell, psicólogo, director de la Fundación para la Salud y la Educación (Funsaled) y autor de investigaciones sobre el tema. Por lo tanto, se mejora a través de distintos recursos, entre ellos, la psicoterapia. Se puede traer un bagaje genético que marque una tendencia o la influencia de aspectos de crianza, pero todo es modificable. El optimismo no es ingenuidad ni fantasía: es un conjunto de expectativas respecto del futuro que nos permite interpretar verazmente la realidad. Si la canoa se está hundiendo, se está hundiendo. El punto es no llorar, sino intentar nadar (o aplicar otro recurso, que siempre existen) para ponerse a salvo."

Juntas

Somos mujeres que queremos salir de la queja, que queremos intentar mirar los conflictos desde un lugar compasivo y no agresivo, mamás que queremos ver la cara de nuestros hijos en la de todos los chicos involucrados en un problema.En este blog proponemos no quedarnos con la primera impresión de las cosas, proponemos “tener la voluntad de volver a mirar”; porque solo así podemos reflexionar, no aferrarnos a una narración individual y pensar en la responsabilidad que nos toca en cada situación.Aceptamos el conflicto como parte de la vida, sin exigirle al colegio una “puesta en escena de mundo ideal” sino un espacio real de socialización. Queremos darle a los chicos y a nosotras mismas alternativas distintas a la de ser víctima o victimario.Queremos construir, porque sólo así podemos empezar a materializar nuestro deseo de un mundo mejor. Porque somos mujeres que nos damos cuenta de la necesidad de un impulso cuya meta u origen residen aún más allá de nosotrasPorque somos mujeres que creemos que debemos ser parte de una iniciativa global por la paz. Porque creemos que de las madres depende que de este mundo se erradique de una vez y para siempre la violencia como método.

Trabajando por la paz

En esta sección recibimos propuestas e ideas de actividades para encarar juntas y en familia que nos ayuden a reflexionar sobre la paz y la no violencia.

Actividades artísticas, deportivas, debates e intercambios. Intentamos que un espacio de nuestro tiempo recreativo en familia lo volquemos en "trabajar por la paz".

Escribinos a mirarotravez@gmail.com

Contacto

Si querés escribirnos, hacernos llegar tus ideas, comentarios o experiencias hacelo a mirarotravez@gmail.com